domingo, 30 de noviembre de 2008

La historia le dará su lugar a Nelson Brizuela

(Foto: Nelson Brizuela, a la espera de un poema)


por Mauricio Vallejo Márquez
Es verdad que la guerra nos arrebató a grandes hombres y mujeres. Entre ellos muchos artistas que dejaron casi toda su obra en alguna pluma o en sus mentes. Algunos pudieron legarnos hermosos versos que se mantienen ocultos a falta de buenas políticas editoriales, ese es el caso de Nelson Brizuela.

Brizuela fue miembro de la Cebolla Púrpura junto a Jaime Suárez Quemaìn, Mauricio Vallejo (padre), Rigoberto Góngora y otros que con sus plumas sagaces no sólo parieron hermosos versos o prosas, sino también mordaces comentarios, sentidas opiniones acerca de las injusticias que se veían a diario en nuestro pequeño El Salvador tan lleno de odios e ignorancia.

Nelson Brizuela nació el 24 de julio de 1955 en San Salvador, donde creció a lado de sus padres Lidia Erazo de Brizuela y Miguel Angel Brizuela (Q.E.D.). Desde muy joven demostró su intensa vena poética y musical, además de ser un excelente estudiante que brillo siempre por sus notables calificaciones, sobre todo en la Escuela Joaquín Rodezno. Como todo amante del arte, Brizuela ahorró hasta que pudo comprarse su primera guitarra y con tenacidad aprendió solo a tocar su instrumento y pasaba las horas entre cuerdas y voces, versos y metáforas.
Fue en esos años en los que estudió secundaria en el Instituto General Francisco Menéndez y con el desinteresado apoyo de la maestra doña Lilián Colato de Aguilar, que junto a los poetas Antonio Rodríguez, Mario Noel Rodríguez y Adolfo Castaneda publica sus primeros versos dentro del poemario "Nuevos Poemas" publicado en Octubre de 1973. Allí comienza su vida de publicaciones.
Curiosamente Brizuela no se decidió a estudiar una carrera relacionada con la literatura, sino todo lo contrario y en 1973 se graduó como contador público del Instituto Miguel de Cervantes.
Poco tiempo después ingresó a la Universidad de El Salvador, en la cual estudió Economía. Lamentablemente no pudo concluir esa carrera debido a las responsabilidades familiares que como buen hombre de familia cumplió hasta donde pudo.
Mientras se desenvolvía con los números, Brizuela fue ganador de los juegos florales de Zacatecoluca en una ocasión. Y más tarde su trabajo literario fue publicado en la antología poética La Margarita Emocionante publicada por la Editorial Universitaria en 1979.
Al llegar 1980 la vida del poeta dejó de ser igual y la muerte de Jaime Suárez Quemaìn afectó su vida. El 30 de agosto de ese mismo año y con el corazón en la mano decide asiliarse en Nicaragua, donde la bohemia fue su amiga inseparable. Pero, no olvida su país y en sus escritos siempre está presente:
"En sus escritos revela sus interminables noches (en los cafés) de Bella Napoles, de Lutecia, de Alcázar, de las calles de San Salvador, de su Barrio Belén, de sus padres y hermanas, de la pobreza y del llanto, de la lluvia, de la injusticia y crueldad del gobierno en turno y también de la esperanza de un tiempo mejor", Afirma Beatriz Brizuela, hija del poeta.
El poeta siempre fue un conciliador y un "pan de Dios", como afirma Mario Noel Rodríguez, pero el 7 de agosto de 1990, víctima de un accidente cae de un autobús en Managua, perdiendo la vida.
Brizuela jamás imaginó que volvería a su natal San Salvador en un ataúd dejando sus escritos al resguardo de sus hijos y familiares que esperan que Nelson Brizuela ocupe el lugar que merece dentro de las letras nacionales, como un eslabón más de esa larga cadena de escritores salvadoreños que la historia había olvidad y hoy lo recuerda.

Extraido de http://vallejomarquez.blogspot.com

POEMA AL TIEMPO VIVIDO

Nelson Brizuela
A: Roberto López
A: Víctor Espinoza Treminio:
por la amistad.

“Aguedita, Nativa, Miguel?
Llamo, busco, tanteo en la oscuridad.
No me vayan a dejar solo,
y el único recluso sea yo”.
(César Vallejo: TRILCE)

¿En dónde volará mi cuna,
los ojos taciturnos de mi madre
que hoy me ven desde sus primeras canas,
las que nunca imaginé en mi infancia?
¿Qué mirarán ahora esos ojos
que hoy suspiro
en una fotografía melancólica?
¿Y qué me han hecho mis días,
mis calles, mis lluvias,
mis muertos, mis octubres,
mis hermanos con piscuchas voladoras
tan diluidas y distantes
por el rio del tiempo y de la nostalgia?
¿Dónde estarán los rostros
que ya no son los que dejé
y por eso los amo tanto?
¿Recordarán que vi la luz
hace treinta años?
¿Habrá algún brindis para mi,
alguna anécdota en la mesa?
¿Acaso habrá algún brindis
y una mesa?
¿Se darán el lujo de una pausa en la jornada,
de un pensamiento relámpago
para sonreir y continuar en el avance?
Hoy tengo treinta años
de ir en esta tormenta
de látigos desaforados
esgrimidos por dementes
que amenazan descargarlos
sobre el corazón de la humanidad,
desde Washington D.C.
¿Será capaz la decadencia
De destruir este rocío
con que Julio remoja mis treinta años?
¿Se atreverá la garra
a ultrajar el saludo
de la lluvia a la grama
y al cabello?
Ahora comienza a llover en serio.
Yo no corro.
Los hilos de la lluvia
me trazan el rumbo del ascenso,
son la brújula habitual
de mi cabeza,
pero al deslizarce, acariciante,
en la naríz y las pestañas,
el agradable tamborileo
redobla a nostalgia y a tristeza…..
Los amigos, la ausencia
La patria herida y lejana
Los ojos taciturnos de mi madre,
la plática pendiente con mi padre
el hedor a muerte
que nos baja el norte,
por lo que puedo decir:
Hasta hoy he vivido
treinta años,
es decir,
lo suficiente para salir de la burbuja,
agarrar el tiempo del cuello
y continuar con mi existencia.


Any:
Todavía una que otra
cosa se me cruza por
esta mi mal tratada
cabeza, asi es que, aunque
no te lo dedique del todo a vos,
siempre sale que
todo “yo”, soy para vos.-
Nelson Brizuela

Revolución

Nelson Brizuela

A mis hijos


I
Sos tan virgen
que aún no has nacido

II
¿Por qué tan dura
si yo soy uno de tus moldes?

III
Mamitu:
¿Dónde están tus pechos?

IV
¿Por qué te toman por asalto?

V
¿Y esa lágrima
cuando ves a mis hermanos?

VI
Ya te lloré...
¿Cuándo vas a oirme?

VII
¡Mamitu,
si yo no te pido nada!
¡Yo nací por vos!
¡Yo vine por vos
y para vos!
¡Yo soy vos, mamitu!

VIII
¡Nacé!
No quiero quedarme espermatozoide,
No quiero sólo ser un sueño.-

IX
Y El mar
¿Jamás tendra la sal
de tu sonrisa?

X
¿Cuándo podré bañarme
entre tu hierba?

XI
¿Cuándo terminará tu noche?

XII
¿Cuándo nacerán mis hijos?

XIII
¿Cuándo me devolverán
mi infancia?

XIV
Envolvésela a los niños:
se las regalo.-

RÉPROBO

Nelson Brizuela

Angustiado el hombre,
agotado el incesante,
agonizando el buen pensamiento,
quiero refugiarme en ti.-
Las alas me las destrozó el tiempo,
el amor se quedó en palabras,
entonces,
sólo quedó el turno de los triunfales.-
Yo no pertenezco a esa especie:
lloro, rio, blasfemo,
reniego de mi triste
condición de poeta,
y de vez en cuando,
casi siempre,
golpeo o me golpean.-
Todos me pedirán cordura,
todos son sabios,
todos conocen el ser:
¿Quién se interna
en el laberinto de los hombres?
El psicoanálisis
es un simple crucigrama,
Pavlov,
(con todo y que lo quiero)
es una jeringa descartable:
¿Entonces...?
¿Por qué no buscar el rumbo de los Astros?
¿Quién, sino el hombre mismo,
domina
el cosmo y la tierra?
No quiero Absolución:
preparen su guillotina.

Nelson Brizuela
10/II/86

PRESENTACIÓN

Nelson Brizuela

La poesía es el luto arrastrándose
en cada granito de polvo, en mi país.
Es la muerte y su grotesca risotada
parándole los pelos a la gente.
Nada me costaría cantarle a este tiempo
con la "forma" o con la "altura"
que la estética académica exige;
podría decir por ejemplo:
Viejos avatares duelen, cual fibrosis
erguido en estilóbato de estío,
cual Atropos furibunda en desfío
a la reproducción de la meiosis.
El agrio Marte embaraza, cual trombosis
de rencor ennegrecida, el solar mío.
Cual Egipán dacroniano en desvarío
mira diablos al sopor de su psicosis.
¿Podrá mi pobre gente analfabeta
entender de pasada una cuarteta
de las que arriba escribo? ¿O son vacías
frases, adornos arrogantes de poesías?
El poema es del pueblo y su poeta,
todo lo demás son galimatías.
Hoy la poesía es de urgencia en mi país,
de lo contrario todo quedaría
en un papel manchado de ocurrencia "geniales",
para pocos. ¿Cómo voy a decirle a la mujer que quiero:
Contarte quiero, Venus amada, que eres
el céfiro que sopla mi ventana,
poniendo a mi existir cada mañana
el aliento necesario en mis quehaceres.
Sáficos versos canto. Amaneceres
encuentro entre tus manos. Te profana
mi boca trashumante, cuando Diana
me alquila su equipaje. No aceleres
mi muerte en tu mirada, ¡te lo ruego!
ahora te diré "mi amor", sin el juego
estéril de palabras. Como somos,
como hablamos nosotros, así, sin asomos
supérfluos de retórica. Sin el pliego
demandando decir: "amor", en veinte tomos.
¿Valdrá la pena jugar al artesano
y ponerme a escribir para poetas?
¿Valdrá la pena cerrar más todavía la puerta
por donde aparecí en el mundo
con todos mis hermanos del pueblón querido…?

SOLEDAD

Nelson Brizuela

Para colmo de males
tengo un tizón en la garganta,
como quien dice
no me puedo consolar
con aquello de: "quien canta
su mal espanta" y sigo terrible,
interminable,
horriblemente solo,
así es que si se les antoja
fotografiarme con esta camiseta calaceada,
con mi pelo de escobetón viejo
y el plante de cipote desnutrido,
ya tienen una linda estampa de mi país.

COSAS DE FAMILIA

Nelson Brizuela

Según me cuentan,
mi abuelo tocaba la guitarra
y era un buen mecánico
que le gustaba el tequila
y ya picado, le cantaba a su mujer
"la que se fue".
Mi padre es un pacífico Contador
de pisto ajeno,
jamás se ha metido en política
y respeta a sus hermanos
porque aman la Biblia
y los discos de Ray Conniff.
Mi madre lleva una vida trabajando
en cuidar "bichos" ajenos
y en sus adentros cree que soy un genio
y eso no la deja dormir.
A mis hermanas, mis primos y cuñados,
los tiene locos John Travolta
y el basquetbol;
pero yo salí poeta
y algo es algo ¿no?

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Álbum

Alfonso Hernández

Esta es la ciudad a la que tanto amé como si reposara
Interminablemente en el ombligo de tu cuerpo.
Detrás de su pasado la sensación de las paredes
Torturando la infancia.
Los años cambiaron de lugar y con ellos iniciamos un
Modo de vivir junto a los que nos rodeaban. Después
Vino el invierno. La adoración sublime de tu sexo. Tus
Prepucios ilustraron los caseros piedra sobre piedra.
Ciudad que conoció tu orgasmo. Tu pubis impecablemente
Rodeado por mi cuerpo.
Aquellos años esencialmente destinados para amarte
Subsisten todavía.
No obstante seas la prostituta del barrio…


Alfonso Hernández (1948-1988). San Vicente 1948 y cayó abatido el 11 de noviembre de 1988. Poeta social, testimonial, militante y combativo.
Su obra: Poemas, 19744; Cartas a René, 1975; Del hombre al corazón del mundo, 1976; País, memoria de muerte, 1978; León de piedra (Collage), 1981.
Durante muchos años existió un importante premio literario denominado con su nombre.

Homenaje a Nelson Brizuela y Alfonso Hernández



por Mauricio Vallejo Márquez

La Generación Olvidada pronto tendrá otro nombre, uno que la misma historia literaria le de a estos escritores que murieron durante la guerra. Algunos los llaman los poetas guerrilleros, otros los denominan la Generación de guerra. Cualquiera que sea el nombre que quede al final de estos diversos escritores y escritoras que les arrebataron sus vidas en su plena primavera deben de ser recordados como lo que son: un eslabón más en la gran cadena de la literatura salvadoreña.

Como parte del proyecto Rescatando una voz del silencio la Juventud en Pro de las Artes Contemporáneas (JAC), el taller de Literatura de la Universidad Evangélica de El Salvador (TLUEES) y el Foro Permanente de Escritores de El salvador (FOES) le brindarán un merecido homenaje a los poetas: Nelson Brizuela y Alfonso Hernández.

El homenaje consiste en un conversatorio en el que familiares y amigos de los poetas expondrán anécdotas de estos personajes. También se presentará un vídeo de los escritores y se leerá material poético de los homenajeados y de escritores invitados.

sábado, 4 de octubre de 2008

EL RÍO

Hilda Flores

Soñaste con ser una estela
de ojos siempre abiertos.
Guardar muy hondo
la plegaria del tiempo,
el polen de la aurora.
Soñaste con ser amigo de los hombres.
En cambio ellos te dieron
la herida del árbol
rodando en tus riveras,
la tierra desangrada.
Como a cauce de abismos
te penetran las sombras,
el alba ya no vuela a mirarse en tu cielo.
Y yo trémula de nostalgias
me hundo en tu memoria de astros y de siglos

LO INCOMPRENSIBLE

Hilda Flores

Caminar
y seguir siempre aquí.

Sentir en mi cuerpo
el grillete del tiempo.

Preguntar por quién viene.
¿Será su mano blanca?
¿Será de sal o sangre?

Escuchar la verdad de mi palabra
y ver las espaldas que se alejan.

Caminar, moverme,
en busaca de lo no consumado.

Sufrir el insomnio.
Percibir todo, profundo, incomprensible.

Volar.
En el vuelo perder las alas,
y sentir que de los muñones desangrados
me nacen de nuevo,
estoicas,
cual savia de cactus.

Caminar . moverme,
sin comprender dentro de míla cohesión que proclama mi existencia.

AL HERMANO LEJANO

Hilda Flores

Hay una huella borrándose,
una cama arreglada,
un vaso reseco de esperar tu sed.
Están mis brazos tendidos hacia los tuyos.
Sobre los recuerdos
una lágrima absurda te dibuja.
En la cima de la ausencia
tu pensamiento y el mío
se hermanan como el beso.
Dentro de mí se quiebra
el frío de tu vida
extraviada en ásperos lugares.
Estás allá,
tan lejos,
hermano.

ANSIA INFINITA

Hilda Flores

Si las hojas muertas
reviven en el bosque
como hijas de un país sin nombre,
si yo abato el frío que consume,
¿verdad que yo podría ser semilla
y dar a luz la primavera?

martes, 16 de septiembre de 2008

* /(de noche bruja)


Edgar Alfaro Chaverri


¿Cómo te explico que aún te amo?


Que el hecho que Dios sea primero

no niega que seas el amor de mi vida


Que si lo nuestro fue pecado

peor habría sido no amarte


¿Cómo hago que entiendas esto?


Fui audaz al conquistar tu amor

y noble al entregarme


Ahora que insistes en dejarlo todo

debo ser valiente para sobrevivir como recuerdo


Y para no caer en la tentación de olvidarte

¿cómo te explico que siempre serás poesía?

*** (de noche Bruja)


Edgar Alfaro Chaverri


Tengo una piel que sabe a tu boca

un recuerdo a tu nombre encadenado

dos manos que aprendieron a llamarte sin decirlo

un secreto que me abrasa a cada instante...


Tengo la certeza apasionada de tus ojos

-y bueno-

un adiós jurando que me amas...


Tengo la impresión que te has marchado

con la profunda libertad de mis palabras...

** (de noche bruja)


Edgar Alfaro Chaverri


Clama a la legión de tus poros


que corran la voz de que por ti

se sacrifica a diario un sueño virgen


que salgan a la calle de la sangre

a palpitar a coro nuestros nombres...


La noche está lluviosa y fría...

qué tan hondo retumba tu voz

qué tan tuya es la piel de mi sed...

* (de noche bruja)


Edgar Alfaro Chaverri


Yo pecador confieso que te amo

como loco que no alcanza el fuego

el incendio de tu pelo...


El infierno se cuaja entre las manos

y no hay cielo que sin ti me reconozca...


Brasas brotan de los ojos y no hay luna que acompañe mi aullido...


La noche quema cirios invisibles

y un ángel con tu nombre me ha besado...

sábado, 30 de agosto de 2008

un justo homenaje para Jaime Suárez

Por Mauricio Vallejo Márquez

El café La Lumbre estuvo llena el sábado 30 de agosto. La noche era dedicada al poeta y periodista Jaime Suárez Quemaìn dentro del marco del proyecto Rescatando a unna voz del silencio que pusó en marcha desde principios de agosto la Juventud en Pro de las Artes Contemporáneas (JAC). Suárez, un poeta miembro de la Generación Olvidada que junto a autores como Mauricio Vallejo, Nelson Brizuela, Rigoberto Góngora, José María Cuellar, Lil Milagro Ramírez, Alfonso Hernández y artistas de la talla de Tamba Aragón y Roberto Franco enriquecieron nuestro país con su arte.

El homenaje inició con la canción Cantares interpretada por el guitarrista Carlos Rubio Calles que interpretó varias melodías y habló acerca de la importancia de la Libertad de expresión, uno de los temas por los que a diario Quemaìn luchó.

La biografía de Quemaìn fue escuchada de labios de sus sobrinas Sonia y Sandra, quienes se turnaron también para leer sus versos. El poeta Ricardo Castrorrivas compartió más de una anécdota que vivió junto al poeta.

Al evento se hicieron presentes varios familiares de Suárez Quemaìn; el obispo Medardo Gómez junto a su esposa; los poetas Otoniel Guevara, Luis Melgar Brizuela, Miguel Ángel Chinchilla, Roberto Quezada; el pintor Iván Cerritos; el actor Amilcar Flor; las familias de los poetas Mauricio Vallejo y Nelson Brizuela y público en general

jueves, 21 de agosto de 2008

Jaime Suárez y la libertad de expresión

Por Mauricio Vallejo Márquez

Como lo hacia a diario, el poeta y periodista Jaime Suárez Quemaìn bebía café en Bella Nápoles, muy cerca de donde se encontraba la redacción de la Crónica, periódico del que él era el jefe de redacción. Acababa de darle un sorbo a su taza cuando el fotoperiodista César Najarro entró en el local y al ver a Suárez decidió ir a saludarlo. En ese momento entraron dos hombres, que acababan de salir de un taxi, se acercaron a los periodistas y uno se quedó tras Suárez y le tocó la espalda. Al levantarse Suárez el otro hombre le puso unas esposas, inmediatamente hicieron lo mismo con Najarro. Era la tarde del 11 de julio de 1980. El silencio reinó en el Café Bella Nápoles, así como sucedía en la mayoría de calles, casas y parques de El Salvador. El 12 de julio fueron encontrados ambos cuerpos en la entrada de Antiguo Cuscatlán. Ambos habían sido cruelmente torturados, Suárez había recibido varias cortadas con machete en la espalda, también le habían abierto el abdomen, además tenía varios golpes en su tórax, rostro y extremidades y un agujero de bala muy cerca de uno de los orificios de su nariz. Su sobrina Sonia Martínez Suárez junto a otros familiares lo llegó a reconocer.

Meses antes de que lo mataran llegaron donde el hermano, que era coronel, y le arrojaron un ejemplar de La Crónica frente a él. Con evidente enojo le dijeron: “decile a tu hermano que deje de escribir esas cosas, sino le vamos a dejar un mensaje en La Crónica”.
Un día se detuvieron dos vehículos frente a La Crónica, bajaron la puerta de la cama de un pick up y tomaron posición para empezar a ametrallar las instalaciones del periódico. A pesar de este aviso, Suárez siguió escribiendo.
Cuentan que la esposa del dueño del periódico le mostró a un visitante oficial la oficina de Suárez. Un par de días después, cuando estaban imprimiendo el medio llegaron un par de hombres y ametrallaron desde afuera la oficina de Suárez. A él no le pasó nada porque se encontraba supervisando la edición. Cuando los sujetos se fueron, el poeta subió a su oficina y recogió los casquillos y dijo: “me voy a hacer un collar con estos bolados”.
Un día volvieron a llegar donde su hermano, el coronel, y le dijeron que ahora el aviso se lo iban a dar directamente a Suárez y que le dijera que dejara de escribir. Ante la amenaza se reunió toda la familia y le pidieron que saliera del país. El poeta dijo: “si mataron a Monseñor Romero, quien soy yo”.

Suárez quien nació el siete de mayo de 1949 era un verdadero luchador en contra de la injusticia. Sus actos siempre demostraban además de esa inclinación un fuerte deseo por defender los derechos de los salvadoreños. A diario lo demostraba en su trabajo donde literalmente se jugó la vida. Todo atropello contra los Derechos humanos, cada injusticia, cada verdad era publicada sin importar el precio que tuvo que pagar con los días. Se convirtió en un símbolo de la libertad de expresión.
“Es tan sucio el que pone las cadenas como el que lo acepta como algo sin remedio”, afirmó en su momento Suárez, una frase que es vista con normalidad en pleno 2008, pero a finales de 1970 el sólo hecho de pronunciarla en voz baja era suficiente para dejar de vivir.
Sus palabras eran leídas a diario no sólo por sus simpatizantes, sino también por sus enemigos que un día no pudieron tolerar más sus comentarios y decidieron acabar con él. El 13 de julio de 1980 el periódico español El País destacaba el asesinato de Suárez:
“El secuestro de Suárez Quemain y Najarro ocurrió apenas cuatro horas después de que un grupo de familias campesinas llegadas del norte del país, bajo la protección armada del grupo izquierdista Ligas Populares Veintiocho de Febrero, ocuparan ayer la Embajada de Costa Rica en esta capital, para «denunciar al mundo la represión del Ejército contra los campesinos». Un policía que custodiaba la sede e intentó impedir la ocupación fue muerto de un tiro”, escribió Carlos María Gutiérrez.

La sopa del chucho
Jaime Suárez fue un maestro por naturaleza. Enseñó durante algunos años en los aulas de algunos centros escolares, pero también instruyó a varios escritores e intelectuales de la época, entre ellos la cantante y antropóloga Lorena Cuerno e incluso a mi padre, Mauricio Vallejo, quien lo conoció por medio de mi abuelo Oscar Antonio Vallejo cuando Suárez y él trabajaron juntos para el Ministerio de Educación.
Jaime le decía a sus amigos: “Vamos a comernos la sopa del chucho”, cuando los invitaba a comer en su casa, porque su madre, Carlota Quemaìn vda. De Suárez tenía un perrito que no comía si no le preparaban una sopa de carne de res o de pollo. Así que los poetas llegaban a diario a comer y se escuchaban las platicas de: Ricardo Castrorrivas, Nelson Brizuela, Mauricio Vallejo, Rigoberto Góngora, entre otros.
También recomendaba lecturas a los jóvenes escritores que se reunían con él en el café bella Nápoles como era el caso de los hermanos Galeas.
Suárez fundó junta a Alfonso Hernández, Rigoberto Góngora, Mauricio Vallejo, Humberto Palma, Jorge Mora San, los hermanos Galeas, Nelson Brizuela, David Hernández y Chema Cuellar, entre otros, la revista literaria La cebolla púrpura, que gozó de mucha simpatía por varios años. Todo esto mientras desarrollaba su trabajo como periodista de La Crónica.
Su oficio literario lo compartió con muchos, entre ellos sus vecinos. Cada uno de ellos tuvo el honor de que el poeta le dedicara un poema en la serie Mis Vecinos.
En la escena poética, Suárez se dio a conocer al ganar un certamen estudiantil nacional en 1970, desde entonces no soltó la pluma y escribió poemas, teatro, además de sus incisivos artículos de opinión.
"Cuando asistas a la universidad ten presente que manos de albañiles la construyeron, que detrás de cada libro hay manos de tipógrafos que, aunque no te conocen, piensan en tí en cada letra que colocan, que detrás de una regla de cálculo, de una probeta y hasta del lápiz que ocupes: hay manos obreras. No los defraudes volviéndoles la espalda. Si algún día te toca anteponerle a tu nombre la palabra "doctor" o "licenciado" que no sea para estar en alianza con el gangster", afirmaba Suárez.
Entre sus libros destacan: Un disparo colectivo, poesía, edición póstuma. San Salvador, 1980, El discreto encanto del matrimonio, teatro, 1980 y Lienzo abstracto, poesía, inédito, 1980. Además de muchos trabajos más publicados en periodicos y revistas de la época.


La lucha
Jaime Suárez Quemaìn no fue un boxeador, seguramente nunca se puso los guantes ni buscó el ansiado ranking de una Federación amateur o profesional, quizá apenas sabía un poco de palabras como: rectos, ganchos. Tal vez ni le interesaba ver las peleas tanto como escribir. Pero tenía sangre de boxeador y la de una de las mayores glorias boxísticas de nuestro país. Quizá por ello él fue tan combativo. Su padre fue Alejandro de la Cruz Suárez quien figuró como campeón centroamericano en 1939.
Dentro de su poemario Un disparo Colectivo encontramos un poema conmovedor llamado Un Round a tu recuerdo, donde habla de su padre, de lo orgulloso que en ese momento se encontraba de tener un padre como él, un boxeador heroico y al que le dedicaba su vida. Cuenta su familia que lo escribió un día en que se iba a suicidar, pero al ver el retrato de su progenitor en la pared en lugar de acabar con su vida tomó una pluma y comenzó el poema. Un hermoso poema de Suárez que cobra aún más sentido al conocer la historia que le vio nacer.
Así como su progenitor tuvo la vida de un verdadero luchador, uno que peleó contra la libertad de expresión, contra el miedo y habló sin ataduras:
“Es tan sucio el que pone las cadenas como el que lo acepta como algo sin remedio” afirmó Suárez y aún ahora a veintiocho años de asesinado siguen vibrando en más de algún escrito como muestra de que Suárez dejó su huella en las letras salvadoreñas.

miércoles, 20 de agosto de 2008

La información es libre


Jaime Suárez Quemain


Con el tiempo

desde la escuela tratarán de "educarte"

-es decir: domesticarte-

por suerte hay medios para evitar la trampa.

Te dirán que el mundo

se divide entre vivos y tontos.

Nada más falso, niño mío.

En el hombre sólo hay dos alternativas:

es libre o no lo es.

Con esto quiero decir

que eres tú quién decide.

Es tan sucio el que pone las cadenas

como el que las acepta como algo sin remedio.

Cuando asistas a la universidad

ten presente

que manos de albañiles la construyeron,

que detrás de cada libro

hay manos de tipógrafos que, aunque no te conocen,

piensan en tí en cada letra que colocan,

que detrás de una regla de cálculo,

de una probeta

y hasta del lápiz que ocupes: hay manos obreras.

No los defraudes volviéndoles la espalda.

Si algún día te toca

anteponerle a tu nombre

la palabra "doctor" o "licenciado"

que no sea para estar en alianza con el gangster.

Un disparo colectivo


Jaime Suárez Quemain


Porque me quema a veces la nostalgia,
El asombro en la voz, el pase en corto,
Las perras ganas de aguantar a los fantasmas
Que me comen el alma a dentelladas,
Mientras se escucha en el café
Una melodía tristona —siempre son tristes
Si es en el café donde se escuchan—
Y yo me desangro inútilmente,
A borbotones pero inútilmente,
Cuando de amor repleto
Me voy por esas calles de dios
Con papel tumbado por el viento
Y se oye el crujir, el alboroto
De ese tiempo que se cae pese a todo
Y ya no bastan diques ni compuertas,
Ni muros que detengan la avalancha,
Porque los duendes ya no asustan a los niños
Y soy —aunque no quieran— un disparo colectivo,
Una pringa de luz en las tinieblas
Y porque —por más que me maldigan—
Nací para soñar
Aunque el sueño de plano esté prohibido
Y se acerquen los dichosos normales
Y me quieran cambiar mi canción,
Cargarme con sus baterías y volverme imbécil
Que esté al tanto del último grito de la moda,
Y del actual amante de doña Fulanita
O del mustang azul de don Idiota,
Y porque les molesta
Mi profunda vocación anarquista,
Mi sacrosanto amor por la desobediencia,
Y quieren carme con sus palos,
Ponerme su disfraz
Jaime Suár e z Quemain Poemas
Y que baile la samba que ellos bailan,
Y porque digo no,
Y me vale un pito,
Y prefiero mis fantasmas
O jugar con mi sombra.
Y mando al carajo a “los inspectores de herejías”
Que quieren registrarme, anularme el carnet,
Voltear mi cerebro
Y averiguar qué es lo que guardo,
Y convertirme en ciudadano robot,
Clásico ejemplo de las buenas conciencias.

Los dictadores


Jaime Suárez Quemain


…los dictadores, señor, deambulan entre sombras
Y en horas nocturnas ingresan como acólitos en
Ceremonias donde oficiantes de negro celebran horrendos
Ritos en contra del hombre
Usted sabe, señor
Que ellos podrían
Cambiar la religión,
De indumentaria.
Opero usted los convierte
En guardianes de su estómago,
Les compra rifles
Y juegan a la guerra
Y luego usted, señor,
Usted los condecora
Y orgullosos caminan sacando
El pecho que está lleno
Por dentro de alacranes
Y usted los aplaude
Y usted los elogia
Y goza con el clima de tranquilidad,
De muertos en los ríos,
De secuestros, de torturas,
De bombas y de sangre.
Y usted los premia
Permitiéndoles sentarse a su mesa
Y que entren a sus clubes
Y se casen con su prima lejana
Educada en Europa
Y les pasa sus vicios
Y ahora juegan bridge
Y beben whisky
Y manejan un mercedes.
Los dictadores, señor,
Olvidan que nacieron
En medio de un arroyo
Y disparan en contra del arroyo
Y pretenden sacar aquel arroyo,
Hasta que un día
El arroyo es un mar
En el que mueren podridos:
Usted y los tiranos.

VECINO III


Jaime Suárez Quemain


Es una viejecita la mar de agradable.

Le gusta observar por la ventana

a las cipotas que juegan en la acera,

aunque si meten ruido

hacen un gesto de enojo

con su mirada de ceiba milenaria.

Le soy simpático,

quizá se identifica con la misantropía

que poseo en los ojos.

De vez en cuando, iracunda,

habla del pudor de sus tiempos

y se queja de que a la niña vecina

la arrinconen en la oscuridad de la luna.

sábado, 16 de agosto de 2008

Un round a tu recuerdo


Jaime Suárez Quemain


A Alex Suárez

Siempre me opuse a caminar

con tu estaturaen el ojal de la camisa

—simple cuestión de orgullo.

De allí proviene el hecho

de entregarte tan tarde este poema,

por lo que pasa a ser

algo así como un telegrama rezagado.

La verdad es

que de momento

se me vino a los ojos tu palabra,

llena de la humildad

que cubría el eco de tu nombre.

Vino así,

no sé cómo,

sin llamar a la puerta,

simplemente

tomó mi dolor entre sus brazos

y me llevó hasta la vieja casa,

al canapé donde solías hacer la siesta

y fumabas tu tristeza.

Eran los díasen que clinchabas tu presencia

con el rostro de un niño que tenía

doce años jugando entre otras manos,

y contabas tus hazañas en el ring del mundial

cuando el boxeo era boxeo

y no una exhibición amanerada.

Ahora, viejo,

las cosas han cambiado.

Ya quedó atrás el muchachito

que contempló tu muerte;

la vida me hace madurar a bofetadas.

Pero no creás

que doy con los dientes en el polvo;

como vos

pienso que es permitido doblarse

pero no partirse.

Y ahí voy, caminando,

finteándole a la vida su amargura,

cuidándome de los golpes a los bajos, tratando

de terminar en pie este largo round.

Aunque a veces, te confieso,

he llegado a flaquear,

a quedar groggy

y querer tramitar un suicidio voluntario.

Pero basta un vistazo a tu retrato

y ya no hay vuelta de hoja:

sé que dejaste tu punch sobre mi verso,

y jab a jab

iré elevando mi nombre hasta tu nombre.

Viejo,

tengo una deuda contigo…

me querías ingeniero

y te salí poeta,

porque no es cosa de ir por allí

soportando un disfraz que desentona.

Con vos pasó lo mismo,

te querían curita

y saliste campeón de box ¡Y qué campeón, carajo!

Perdoná que te quite “tu tiempo”,

pero a veces,

cuando estoy tan solteramente solo

y me urge hablar con alguien,

se me viene a los ojos tu palabra.

viernes, 15 de agosto de 2008

ROBLE


Miguel Huezo Mixco


Este inmenso árbol
no servirá jamás
para madera.
la sierra se romperá
los dientes
en la armadura de este roble
que ha guardado sin sangrar
dentro del pecho
los restos de la metralla.

TRES MUJERES


Salvador Juárez

MAMA. HERMANA, ESPOSA MÍA.
Escondanme entre sus naguas.
Guarden mis secretos.
No den a conocer mi verdadero rostro.
Salven mi sombra.
No me dejen solo en este camino.
Acaricienme.
Cambien mis pañales.
Cuando llore en silencio.
Digan, que soy siempre
el único niño de ustedes,
que Dios guarde el día que me alcen la mano
mesanme en sus brazos
mientras el tiempo pasa.
Persignenme cuando salga a la calle.
Oren por mi
cuando ya sea la noche y no regrese a casa.
salgan a recogerme
cuando vean que caiga
respaldenme cuando este ausente
digan que fui bueno y amoroso hasta la muerte, amen.

XV


Alfonso Kijadurías


Vieja retorica la de mi estomago, aun con mi fealdad
me siento y tomo posesión de mis asuntos, viajar
en el delirio bajo lo mas podrido de esta
manzana, demasiado audaz para estar sola
poeta en las mendicidades mas arrogantes,
cuidando de su gato y sus curiosidades de
hombre serio, Yo sé. Pero entiendo. Percibo
otra conciencia en los mosquitos
y en el alargamiento de mis huesos. Otra
manera de frotarse los ojos, simplemente.

ESTUDIO CON ALGO DE TEDIO


Roque Dalton

“Clov.-Llora…
Hammn.-Luego vive”
(Dialogo de fin de partida de Beckett).

Tengo quince años y lloro por las noches.

Yo se que ello no es en manera alguna peculiar
y que antes bien hay otras cosas en el mundo
mas apropiadas para decirolas cantando.

Sin embargo hoy he bebido vino por primera vez
y me he quedado desnudo en mis habitaciones para sorver la tarde

Hecha minúsculos pedazos
por el veloz.

Pensar a solas duele. No hay nadie a quien golpear no hay nadie
a quien dejar piadosamente perdonado
esta uno y su cara. Uno y su cara
de santon farsante.
Surge la cicatriz que nadie ha visto nunca
el gusto que escondemos todo el día,
el perfil insepulto que nos hará llorar y hundirnos
El día en que lo sepan todo las buenas gentes
y nos retiren el amor y el saludo hasta los pájaros

Tengo quince años de cansarme
y lloro por las noches para fingir que vivo.
En ocasiones, cansado de las lágrimas,
hasta sueño que vivo.

Puede ser que vosotros no entendáis lo que son estas cosas.

Os habla, mas que yo, mi primer vino
mientras la piel que sufro bebe sombra…

A CUAGRAFIA


Irma Lanzas


El agua de la tarde derramada
es liquida cancion que se desliza,
la clara inundacion de su sonrisa
despliega su humedad iluminada

El viento es una musica mojada
que en medio de lo azul se cristaliza.
Si cubre la marca de la brisa
la nube es una vela naufragada.

Hay liquenes de luz entre las cosas
y hay peces invisibles y encantados
que esconden caracoles en las rosas.

Rodeados de crepusculo encendido
Los arboles son barcos callados
que duermen con el mastil florecido.

A Apolo


Francisco Gavidia


Mi verso es verso llano,
en que suena la voz y en que acento
del hombre se hace oír y el eco humano.


Apresurado o Lento
como de un rió la sonante plata
cuyo espejo retrata.

Gentes, bosques, viviendas y animales,
árboles, rocas, vida y movimiento,
corre en libres raudales,
Llevando al par, idea y sentimiento.
como lo debo solo

Al rubio Apolo, y porque en mi no fuera
propio que elogios propios escribiera,
son estos versos en loor de Apolo.

jueves, 14 de agosto de 2008

Recordamos a la generación olvidada


Por Mauricio Vallejo Márquez


Otoniel Guevara, Mauricio Vallejo Márquez y Ricardo Castrorrivas en el conversatorio.
El conversatorio Recordando a la Generación Olvidada fue todo un éxito. Empezó un poco después de la hora programada, pero la convocatoria fue bastante buena y se habló de lo que importaba: los poetas que fueron asesinados o desaparecidos en el período de la guerra.
Escritores que no son una generación en sí, pués se dividen en dos períodos, uno del 74 al 85 y el otro del 86 al 91. Escritores valiosos de los cuales sólo el rescate de sus obras y de su nombre permitirá que las letras salvadoreñas no tengan ese vacío, esos eslabones menos en la gran cadena literaria.

Ricardo Castrorrivas habló de los poetas Jaime Suárez Quemain, Chema Cuellar y Nelson Brizuela. Sobre el compromiso que hay con estos autores y muchos más que apenas se alcanzaron a conocer como es el caso de su hija, quien también fue asesinada en esos años. Muchas de esas voces de tanta importancia para las letras nacionales apenas son conocidas por algunas personas, y aunque sus familiares y algunos literatos los conozcan, todavía nos falta mucho trabajo por hacer. El rescate de estos autores es un compromiso para las letras salvadoreñas, no pueden quedar en el silencio.

Otoniel Guevara contó su experiencia personal, de cómo se fue encontrando en el camino a escritores como Amilcar Colocho, así como tambbién de la importancia de obras escritas por Lil Milagro Ramírez, Jaime Suárez Quemain. Compartió acerca de la muerte del poeta Alfonso Hernández, quien fue asesinado a pocos pasos de donde vivía Amílcar Colocho. También plasmó la importancia de que la justicia no implica matar o encarcelar a los ejecutores y torturadores de los poetas, sino en decir en qué lugar quedaron sus restos y en que se conozca la trascendencia de sus obras. El rescate de los poetas asesinados es un compromiso.

Vallejo Márquez se encargó de moderar el evento, así como de compartir la historia del desenterramiento de la obra de Mauricio Vallejo, quien fue desaparecido en los años de la guerra.
Se contó con la participación del guitarrista Carlos Rubio Calles quien interpretó algunas canciones y cerró el evento con la canción Cantares de Joan Manuel Serrat.
El evento fue organizado por la Juventud en Pro de las Artes Contemporánea (JAC) y la Universidad Evangélica de El Salvador por medio de la Unidad de Arte y Cultura de la Vicerectoría de Investigaciones.

El primer homenaje se realizará en el Café La Lumbre el 30 de agosto de 2008. En este se recordará al poeta y periodista Jaime Suárez Quemain.
Carlos Rubio Calles antes iniciar el evento

martes, 15 de julio de 2008

MI AGONÍA

Luis de la Gazca
!Dios mío, cómo la quiero! Yo sé muy bien que ella es tuya porque la viste primero; mas yo por ella me muero, y de dentro de mi pecho hay algo en mí que la arrulla; y mi corazón deshecho quiere ser su prisionero.
Déjala que sea mía hasta el peso de la muerte que venga en mi último día; que así de la muerte fría yo muy bien podré reírme; pues ya con mi cuerpo inerte me resistiré a morirme para alargar mi agonía.
Padre,tú no pierdes nada con darme a mí de regalo lo rico de su mirada de mujer enamorada, para el resto de mi vida; que en esto no hay nada malo. Así sanará mi herida con los besos de mi amada.

PUEBLO

Carmen Gonzáles Huguet

Nacer
era empezar a despeñarse
por la dolida pendiente del gemido,
caer a la miseria
subir del desamparo
hasta la dura faz del hambre
refleja en los rostros más cercanos.

Nacer
era empezar a doctrinar
los huesos al trabajo malpagado,
el sudor a los soles sin medida,
la espalda a la doblada esclavitud
del surco
para que el pan siempre nos resultará ajeno.

sábado, 5 de julio de 2008

La muerte


René Chacón Linares


La muerte

es un silbido áspero

de vientos oscuros

soplo impertinente

de atrevidos encuentros

Perra furiosa

de agónica voz

que obliga al espíritu

a vaciar la locura


Parto


Eleazar Rivera


La luna
encela al pájaro
que duerme
en la idea del poeta
El no conoce pájaros
sino muchas lunas
en que el sueño se evapora
y los fantasmas no aparecen
La idea pierde su cuerpo
el poeta
otra luna
y la luna
gana tiempo

Acabo de partir de mí mismo


José María Cuellar


no soi chema cuellar

ny soi amigo de nadie

ny tuve una abuela paralitica

ny soi poeta

ny ciudadano

ny nada

me vale un pyto que nadie se acuerde de my

me llevo a san salvador en el volsillo

i hablo con gentes que no se conocen

ni me conocen

no importa si una puerta se cierra en nicaragua

sy una muchacha se declara en santiago

sy una paloma vuela por el yan-se

si el mejor libro se está escribiendo en lima

no me importa

estoi vacío

solitario como un abrigo de invierno

Buscando tu saliva


Antonio Gamero
En esta constelación de gritos

y en este vaivén de olas humanas y difusas,

yo busco la corriente clara de tu saliva

-ungüento iluminado de palabras y risas.

Me quito la camisa, el miedo y los zapatos

y subo por escalas de aire y nada

para asaltar y desflorar

la desnuda verdad de la esperanza.

Bombardeo la noche

con mis vacilaciones de luciérnagas

y mis manos se llegan submarinas

a sabotear el rojo resplandor de tus piernas.


Yo busco inopinadamente tu saliva

para que no se riegue inútilmente

en este gran vacío donde todo se pierde

y para humedecer la tierra

donde la yerba y la golondrina

bajo la sed se hermanan en la muerte.

Yo busco tu saliva mentolada

para pegar cabezas

desprendidas del cuerpo de los niños

y para alimentar las células

de la gente leprosa que anda buscando asilo.

Para abrirle los ojos a los gatos naciendo

bajo trenos de sol desgobernado

y para desapegar las estampillas

de cartas censuradas que me vienen

de los confusos y lejanos puertos.


Yo sé que todos los amantes vinieron

a besar la rosada cicatriz de tus labios

y a extraer el zumo de tus limas maduras:

al herirte la carne y al enardecer tus brazos.

Mas yo he venido sólo para buscar tu saliva;

tu saliva que sirve sólo para limpiar metales,

tu saliva que apaga el cansancio de mis miembros,

tu saliva que ahoga la cólera de las viejas,

tu saliva que lava la camisa de Dios,

tu saliva que ablanda las conciencias,

tu saliva que abre hoyos en las piedras,

tu saliva que es frágil en la hora de abrazarnos,

tu saliva que es sangre perfumada, incolora,

tu saliva que es germen de santos y profetas,

tu saliva que es sal y agua bendita

para animar la ira del demonio.

Todos los amantes vinieron a buscar tu carne;

en cambio yo agonizo buscando tu saliva

para inyectar este animal enfermo

que traigo aprisionado en mi camisa.

Nube



Acabas de pasar por aquí
como acaba de pasar la lluvia
por esta nostalgia llena de tarde.

Acabas de pasar por aquí
y talvez sigo amarrándote a mi cielo,
tan sólo para sentir de nuevo
tu rocío, el recuerdo
de lo que un día fue nube,
y que hoy sigue siendo nube
lejos de aquí.

Acabas de pasar por aquí
y quiero creer
que detrás de ti viene la luz.

Lo que siento en este momento y nunca más



las cosas que tiene junio!

los tirantes enamorados

los rojos y los naranjas

camipringados

cocidos en las lluvias

de anoche y de mañana


los caballos corriendo en la camisa de Carlos

las sandalias olvidadas en el colec

on el gato azul hinchado de bostezos

y esta mamá llorando


la raya blanca de la pared

como una urna sin papeles

contra la chocolatina abierta

de par en par en las agujas

mientras los taquis chocan

contra el horario de los huraños


entro y salgo

de la oscura manga del mago

soy un truco que aprendió por accidente

soy la mano que siempre falla

al enhebrar los trenes de pañuelos

u uuuuuuuuuuuuuuuuuuu


joseluis, sigue dormida tu hija?

los míos están despiertos

despiertos todo el día

mientras rompo las bandejas

los hervores de asados y guisos

preparando la fiesta de sus mimos

como un par de colibríes

frente a mis ojos

se pierden

TU FRÁGIL CORAZÓN




A un costado del atrio
el circo
con sus luces rocambolescas
se hizo presente.

Pero vos Yanira
eras la estrella principal
con aquel bikini
adornado de lentejuelas
cosechando las obscenas miradas
de mis compañeros de escuela
al contonear de tu cintura.

Con tan sólo una bolsita por equipaje
donde cargabas todas tus pertenencias
decidiste instalarte en nuestra casa.

A las pocas semanas
te marchaste con dignidad
después de comprobar
que nada podía yo ofrecerte.

La última imagen
que guardo de ti Yanira
es a las puertas de un hotelito
en el centro de San Salvador.

Una marea de borrachos
te había envejecido más de la cuenta
sin pasar aún de los veinte años.

Para no ofenderte
o violentar tu frágil corazón
fingí no verte
y calle abajo me fui tarareando
una canción de moda.

domingo, 22 de junio de 2008

PREÑÉZ


Otoniel Guevara

enterré mi testamento en tu vientre

ante la incertidumbre de los murciélagos

que no captaron la transfusión de palpitares
(cuando exhalabas mis huesos

el Universo

se hizo miles de versosy viceversa)
con un chorro de sangre y de viento

toqué tu frente de barro

para iniciar el ritualde la melodía
luego

buscamos la llamita verde

de todos los orígenes

e hicimos la luz

BLASON




Un andrajo de mi vida me queda: se perdió
en misérrimas luchas lo que era fuerza y flor.
Rateros y falsarios hacen explotación
de mi luz, de mi anhelo, de mi fe y mi valor.

¡Cuánta odiosa mentira serví, sin querer yo!
¡Cuánto lucro y engaño con mi luz se amasó!
Porque fui humilde y simple; porque en toda ocasión
creí que quien me hablaba tenía sed de Dios.

Lo que no profanaron los demás, lo mejor
que me diera el Destino, eso lo manché yo;
porque siempre fui débil, inestable, y porque soy
tal vez un pobre loco que enloqueció el fervor...

Y entre el diablo y el mundo hicieron de mi sol,
en vez de luz, tinieblas; en vez de paz, dolor.
Mas yo no culpo a nadie de mis caídas, no;
ni me inquieta un instante mi justificación:

si por necio o por débil mi vida fracasó
y en mi jardín florecen el mal y el error,
inútil ya sería saber si he sido yo
el culpable o la víctima de una maquinación.

Si el fruto está podrido, es que el gusano halló
en él propicio ambiente para su corrupción.
¿Fue la obra de un demonio, del azar o de un Dios?
Es igual... No revive una flor que se agostó.

Ahora con los harapos de mi fe y mi valor
y lo que todavía me resta de ilusión,
he de alzar un castillo y en él, como blasón,
en un palo de escoba y hecho un sucio jirón,
haré flamear al viento mi enfermo corazón.
Y en ese vil andrajo que será mi perdón
escribiré con sangre, menosprecio y rencor
este emblema del hombre que es su propio señor:
“Para juzgarme, nadie; para acusarme, yo.”

Cantos liminares


Hugo Lindo


Abramos hoy el libro del invierno del trópico

Miremos sus estampas.

¡Qué diferentes son de las del otro invierno, del que nos referían en la alcoba del niño!


Este no tiene blancos, sino verdes,

apretados, profusos,

como saltando verde sobre verde y verde

hasta una plenitud de selva en celo.


Aquí no están presentes

el horizonte frío

ni el cielo de pizarra,

ni la luz demorosa, frágil y entumecida.


Aquí no están presentes

la elástica figura de animárbol del reno,

ni el pino con su cofia,

ni el abeto que estira largamente los brazos

conjurando al demonio cristalino del hielo.


¡Pero cuánta poesía palpitante!

¡Cuánta fuerza viril,

cuántos dioses despiertos en el rayo,

o vueltos hacia el llanto en los tibios helechos,

o reclinados dulcemente junto al musgo!

Mirándome en tu cuadro


Matilde Elena López


Quiero captar la poesía de tus ojos

-me dijiste mientras en el cuadro

les dabas vida irradiadora

y toda yo surgía como diosa.


Si pintar el objeto es poseerlo

Objeto de tu amor fueron mis ojos

Por un acto de magia que conoces.


Tan pura luz le diste a mis pupilas

Que hasta parece ahora que te besan,

¿pues si ya los robaste? ¿Qué me queda

sino seguir el robo que robaste?


Mi imagen en tu cuadro es una ermita

Que guarda una sonrisa misteriosa

Y la boca dibujas de tan leve

Que hasta parece que aletea el beso.


Me pintaste quizá un poco triste

Porque acaso sabías, sin saberlo,

Que sólo tú podrías darme vida.

…3 de julio (3)…


Luis Angulo
hoy tu boca es una larga pierna donde el ruido exacto
de una fruta empolvada por la luna oscurece los labios
o imagina la escarcha de una axila
ausencia de ala
q' en las curvas de tu beso
seduce a un mar de caballos arrojados ala una y cuarto de tu vientre
y piensas
q' solo el amor
nos puede salvar de la perfección yo te digo
q' desnuda puedes negar la primavera o
-si quisieras-
seducirnos como el temperamento más primitivo del suicidio
aparece dentro baila para mí como una mueca un gemido
un golpe el ruido?
disminuirlo sería la venganza la cintura inmóvil
la siesta desierta
sería disminuirlo tan sencillo
como esta vulgaridad de ser finitos
como sus ojos q’ amo porq' no son míos tan sencillo
como esta soledad
donde un cuerpo invisible traspasa mi boca
y crecen las palabras
aparece dentro habla para mí retrocede la luz se enreda estrella
tranvía
maniatada y tendida
garganta hermosa y fulgurante: su boca
porq' es entre tú y yo cecilia
o acaso
no es ya grave q' seas mi mejor poema?
o acaso?
tu cuerpo sería el mismo
sin mi silencio colgado en los espejos?
lengua de cristal para dividir el día tu cuerpo
tu beso
tu nombre
esta soledad sin salir de nuestros cuerpos de otoño desierto y ausente
destruyámonos coge una abeja
lánzala a una burbuja
que el aire traspase la miel y estalle
destruyámonos
tropecemos en cuerpos grises tirados en la playa cielos estacionados en el suelo
aire destruyámonos
solo así
dejaremos de estar tan solos y podremos tocarnos
sin esta falsedad de la carne y dejar de preguntarnos
si el amor es este veneno la carne
la ausencia tus alas
mi sangre
la noche desparramada desde tus ojos hacia mi espalda
destruyámonos solo así
este poema
podrá hablar sobre nosotros

MAYO VEGETAL


Rolando Elías


El mes de mayo se derrama lento

como río durmiendo en ese viaje

que retrata los lindes del paisaje

mientras el tiempo rumia pensamiento.


El pensamiento, sí, por el que siento

que mayo se decora con su traje

de verde – gris, de cielo en el viraje

de la estación que se abre al sentimiento.


Porque mayo camina con la hierba.

Vuela en azul calado, desvaído,

o se detiene en la mirada absorta.


Y porque mayo en plenitud conserva

el rumor mitológico que ha sido

poema vegetal que el tiempo aporta.


_________________

Una tarde de mayo de 1986.

Somos...


Danilo Villalta


Somos lo eternos delirantes

nos diseminamos en palabras y llantos,

arrullamos los atardeceres;

somos los que nunca nadie entiende

porque enamoramos al silencio

porque hacemos té con flores de muerto.

Somos los que queremos ser águilas

los que queremos amar para siempre

y después de fumar bajo el rumor de los pinos

ir a quitar la amargura a los ríos

Somos los que jugamos a ser sombras,

abatirnos a duelo con el mar,

los cazadores antiguos de sirenas

los sacerdotes de dioses asesinados

frente al cielo enrojecido.

Somos una procesión de ángeles

armados con escudos y espadas

Somos antiguos como el fuego

solos como le viento

seguros como el agua

sedientos como la tierra

Somos los que sembramos con lágrimas

los surcos de papel

Somos los de tanto raro oficio

los poetas.

miércoles, 11 de junio de 2008

ACUARELA




Claro silencio sobre las olas
El átomo despierta
Cotidiano y hambriento en la playa,
Un palpitar de rocas asoma en la izquierda,
Las gaviotas suenan en el cielo
Como nubes gordas
Nunca vi niños más dulces
Que los caracoles recostados en la sombra
La tenue sombra de la palmera,
Ligera brizna deslizada en la hoja...
Un sombrero pasea sobre la arena,
Rasgando inevitable el arco de espuma
Y muriendo ahogadas
Lejos
Dos huellas.

AMANTES


Carlos Santos

Pero nuestra arrogancia ha escrito sobre lo más
detestable de la noche, palabras para el olvido.
Mientras un piquete de saurios asalta a los amantes y
les vende los días a la fuerza, amenazándolos con sen-
dos papeles escriturarios.
Y los amantes bajo la sombra de una letra de cambio,
escuchan los redobles del calendario cívico.
Es el tiempo de las encaminaciones hacia el hueso.
Los amantes se miran y caminan, comenzando a dudar
de las constelaciones.
Es el tiempo de los dolores en las coyunturas del pre-
sentimiento. Los amantes se quedan dormidos bajo las
asechanzas, y no sueñan la una con el otro.
Así pasan,
lustros, guerras, anales.

ORACULOS


Ricardo Lindo

Eran oráculos como insignias en el viento de magníficos batallones perdidos.

Predecían un retorno de príncipes, predecían lagos azules como hojas en los cráteres de los volcanes, y también otras cosas.

Los astrólogos los vieron en el viento, oráculos-bolas.de-fuego. Oráculos-calcomanías-fluorescentes. Los interpretaron según sus viejas tablas esos viejos astrólogos arrugaditos.

Fue la última noche de verano. Cada cual distinguió su signo en el viento y quiso saber su futuro.

Una mujer que miraba por una ventana supo que su hijo subiría a las estrellas.

Un hombre vio en un destello la inagotable soledad que amargaría su vejez.

Por ese año hubo una gran provisión de oráculos vacíos. Nada en las manos, nada en el sombrero. ¿Por qué? ¿Por qué?

La angustia crece como un árbol en el centro de la plaza.
(De : “Rara avis in terra”)

ESTE DOLOR INMENSO


Pedro Geofroy Rivas


Este dolor inmenso que te has vuelto,
esta piedra en el pecho establecida,
esta espina sangrandome la vida,
este amargo sabor a mar revuelto,

Esta brasa en el pecho establecida
que me galopa como potro suelto,
esta avispa de aguijon resuelta,
esta uña escarbandome la herida,

Se apoderan de mi de tal manera
que ya no se decirque soy el mimo
o soy solo este amor en que me empeño,

Que ya no acierto a discernir siquiera
si mi sueño se llena de tu abismo
o si leno tu abismo con mi sueño
1958

EL ESTERO


Alfredo Espino


Agua tan quieta En cada amanecida
despierta dormida

Tan azul, que las garzas en sus vuelos
parecen alejarse entre los cielos

La dulce mañanita del estero…
Un arrebal detras de un cocotero.
Una barca, dos remos, la atarraya,

Una garza que viene y en la playa,
pasa el blancor callado de sus plumas…
Simulando una espuma sobre espumas…

NIEBLA


Raúl Contreras


Cada cual con su lampara, se aferra
a su puesto en la nave, mas ninguno
conoce a donde va. Y un importuno
golpe sin golpe los oidos cierra.

¿Vuelven los que se van? Mi paso yerra
en la nave sin fin. Uno por uno
los voy contando a todos. Falta alguno
el capitan que se ha quedado en tierra.

Cada cual con su lampara…--yo iba
con un giron del alba en otra nave!—
¿a donde va este barco a la deriva?

¡toda la niebla en mis pupilas cabe!
Cuando pregunto al timonel de arriba
no me responde. El capitan lo sabe…

CON EL ALMA A MEDIA ASTA


Rafael Mendoza

Decido
no volver a llorar
pues ya no puedo

Propongo
no volver a reir
pues no me sirve

Declaro
no poder ya gritar
pues no hay oidos.

Lamento
no llegar a morir
porque estoy muerto

miércoles, 4 de junio de 2008

ENGRASANDO MOTORES



No te quiero sólo porque tu sexo nutre mi sexo

ni porque tus piernas y las mías destapan un sol cuando dormimos,

ni sólo porque seás la mamá de mauricio antonio y te desvelés dándole chiche o pacha

y te dés cuenta que funciona el baño con hierva del susto y me pongás a sudar una

camiseta para envolver al cipote y quitarle el pujo

que le salió por dejar destapadas las mantillas que fueron lamidas por el cadejo dice la

rosita de Perulapán

no te quiero sólo porque juntos hicimos un hijo,

ni porque seás una hembra entera o ronqués con música cuando se te ha tapado la nariz

y el frío se haga atol en tu garganta

o sólo por que me digás con los ojos pelados llevándotela de seria

y me caigás simpática cuando lo decís aunque me encachimbe que “por qué escribo tanta babosada"

y te salga a flote la preocupación pequeño burgués del título,

ni por que me acariciés la frente cuando me salta duro una alegría bien rara y por nada

y se apelote y se me quiera salir por entre las cejas ¡Sí! Algunas cosas no son de este mundo.

No te quiero sólo porque compartimos cabal nuestros malos olores, los enojos, los

chambres, los trabajos de estudio,

la falta de pisto, las chiniadas, el cepillo de dientes,

ni porque pensemos chulo del socialismo y de irnos a pasar un día a la orilla de un río

quebrando intimidades en un verso Sssshshsshsshs ¡Charros que hay orejas y oyen!

Bueno pues, como dicen que no hay secretos para Dios, algún día no habrá secretos para

nadie

Y yo

me afirmo para ese después cuando ya no esté.

No te quiero sólo porque de mis cosas digás “está bonito” o que así despeinado me veo guapo,

ni porque a veces me des un beso en el cachete

para que amanezca en la ventana el nuevo día.

No es por esto y un penco de cosas más que nos ahogan chivo

y porque soy capaz de terminar el poema

Y por no saber el absoluto de querer y escribir seguro que para vos, para el cipote y para

Todos

hay una larga lucha que espera, por un mañana más justo,

como espera un motor el aceite, una hoja el rocío y la mariposa, una casa sus tejas yladrillos.


(1980)

Desvelo




¡Oh, la pupila insomne y el párpado cerrado!

(¡Ya dormiré mañana con el párpado abierto!)

Rubén Martínez Villena



La ceniza, hasta la ceniza

sería una amable brasa

a esta hora en que resulta imposible ocultar

nuestra blanca quemadura de frío.

Otro muerto infecundo —sopla un viento bienherido—

que venga y cruja en la fila de suicidios graciosos,

una lágrima negra más

por la copa de sangre que bebo solo,

otra hembra astuta por mi pasado azoro.

(¿Quién pidió una gota de calor,

como el venido de un océano de hielo

que ha imaginado por primera vez la llama?)

Hace demasiado frío. El sueño

es un hongo moribundo exigiendo sombra.

Dindí


Mario Noel Rodríguez


Como un río que no encuentra el mar,

Así ando imposible Dindí.

Yo te veo caminar sostenida de la lluvia,

Así voy dulce luz de mujer.

Corro contra mi vida para encontrarte,

Así vivo ilusión de mis años.

Antonio Carlos Jobim lo sabe,

Preguntadle de esta sin razón de miel.

CUERNAVACA


Gabriel Otero

¿Cómo no sentir la inesperada
piel de tus tardes?
¿Cómo no dormir en las cúpulas
de tus iglesias?
Si fue tu lluvia la que conjuró
a mi sortilegio.
Si fue tu follaje el que curó
a mi garganta.
Y si en tu cielo desierto
no encuentro el rastro de un oráculo
será la hora de guardar los ojos
en los bolsillos del pantalón
será un nuevo tiempo
para empacarte y llevarte conmigo.