domingo, 30 de noviembre de 2008

La historia le dará su lugar a Nelson Brizuela

(Foto: Nelson Brizuela, a la espera de un poema)


por Mauricio Vallejo Márquez
Es verdad que la guerra nos arrebató a grandes hombres y mujeres. Entre ellos muchos artistas que dejaron casi toda su obra en alguna pluma o en sus mentes. Algunos pudieron legarnos hermosos versos que se mantienen ocultos a falta de buenas políticas editoriales, ese es el caso de Nelson Brizuela.

Brizuela fue miembro de la Cebolla Púrpura junto a Jaime Suárez Quemaìn, Mauricio Vallejo (padre), Rigoberto Góngora y otros que con sus plumas sagaces no sólo parieron hermosos versos o prosas, sino también mordaces comentarios, sentidas opiniones acerca de las injusticias que se veían a diario en nuestro pequeño El Salvador tan lleno de odios e ignorancia.

Nelson Brizuela nació el 24 de julio de 1955 en San Salvador, donde creció a lado de sus padres Lidia Erazo de Brizuela y Miguel Angel Brizuela (Q.E.D.). Desde muy joven demostró su intensa vena poética y musical, además de ser un excelente estudiante que brillo siempre por sus notables calificaciones, sobre todo en la Escuela Joaquín Rodezno. Como todo amante del arte, Brizuela ahorró hasta que pudo comprarse su primera guitarra y con tenacidad aprendió solo a tocar su instrumento y pasaba las horas entre cuerdas y voces, versos y metáforas.
Fue en esos años en los que estudió secundaria en el Instituto General Francisco Menéndez y con el desinteresado apoyo de la maestra doña Lilián Colato de Aguilar, que junto a los poetas Antonio Rodríguez, Mario Noel Rodríguez y Adolfo Castaneda publica sus primeros versos dentro del poemario "Nuevos Poemas" publicado en Octubre de 1973. Allí comienza su vida de publicaciones.
Curiosamente Brizuela no se decidió a estudiar una carrera relacionada con la literatura, sino todo lo contrario y en 1973 se graduó como contador público del Instituto Miguel de Cervantes.
Poco tiempo después ingresó a la Universidad de El Salvador, en la cual estudió Economía. Lamentablemente no pudo concluir esa carrera debido a las responsabilidades familiares que como buen hombre de familia cumplió hasta donde pudo.
Mientras se desenvolvía con los números, Brizuela fue ganador de los juegos florales de Zacatecoluca en una ocasión. Y más tarde su trabajo literario fue publicado en la antología poética La Margarita Emocionante publicada por la Editorial Universitaria en 1979.
Al llegar 1980 la vida del poeta dejó de ser igual y la muerte de Jaime Suárez Quemaìn afectó su vida. El 30 de agosto de ese mismo año y con el corazón en la mano decide asiliarse en Nicaragua, donde la bohemia fue su amiga inseparable. Pero, no olvida su país y en sus escritos siempre está presente:
"En sus escritos revela sus interminables noches (en los cafés) de Bella Napoles, de Lutecia, de Alcázar, de las calles de San Salvador, de su Barrio Belén, de sus padres y hermanas, de la pobreza y del llanto, de la lluvia, de la injusticia y crueldad del gobierno en turno y también de la esperanza de un tiempo mejor", Afirma Beatriz Brizuela, hija del poeta.
El poeta siempre fue un conciliador y un "pan de Dios", como afirma Mario Noel Rodríguez, pero el 7 de agosto de 1990, víctima de un accidente cae de un autobús en Managua, perdiendo la vida.
Brizuela jamás imaginó que volvería a su natal San Salvador en un ataúd dejando sus escritos al resguardo de sus hijos y familiares que esperan que Nelson Brizuela ocupe el lugar que merece dentro de las letras nacionales, como un eslabón más de esa larga cadena de escritores salvadoreños que la historia había olvidad y hoy lo recuerda.

Extraido de http://vallejomarquez.blogspot.com

POEMA AL TIEMPO VIVIDO

Nelson Brizuela
A: Roberto López
A: Víctor Espinoza Treminio:
por la amistad.

“Aguedita, Nativa, Miguel?
Llamo, busco, tanteo en la oscuridad.
No me vayan a dejar solo,
y el único recluso sea yo”.
(César Vallejo: TRILCE)

¿En dónde volará mi cuna,
los ojos taciturnos de mi madre
que hoy me ven desde sus primeras canas,
las que nunca imaginé en mi infancia?
¿Qué mirarán ahora esos ojos
que hoy suspiro
en una fotografía melancólica?
¿Y qué me han hecho mis días,
mis calles, mis lluvias,
mis muertos, mis octubres,
mis hermanos con piscuchas voladoras
tan diluidas y distantes
por el rio del tiempo y de la nostalgia?
¿Dónde estarán los rostros
que ya no son los que dejé
y por eso los amo tanto?
¿Recordarán que vi la luz
hace treinta años?
¿Habrá algún brindis para mi,
alguna anécdota en la mesa?
¿Acaso habrá algún brindis
y una mesa?
¿Se darán el lujo de una pausa en la jornada,
de un pensamiento relámpago
para sonreir y continuar en el avance?
Hoy tengo treinta años
de ir en esta tormenta
de látigos desaforados
esgrimidos por dementes
que amenazan descargarlos
sobre el corazón de la humanidad,
desde Washington D.C.
¿Será capaz la decadencia
De destruir este rocío
con que Julio remoja mis treinta años?
¿Se atreverá la garra
a ultrajar el saludo
de la lluvia a la grama
y al cabello?
Ahora comienza a llover en serio.
Yo no corro.
Los hilos de la lluvia
me trazan el rumbo del ascenso,
son la brújula habitual
de mi cabeza,
pero al deslizarce, acariciante,
en la naríz y las pestañas,
el agradable tamborileo
redobla a nostalgia y a tristeza…..
Los amigos, la ausencia
La patria herida y lejana
Los ojos taciturnos de mi madre,
la plática pendiente con mi padre
el hedor a muerte
que nos baja el norte,
por lo que puedo decir:
Hasta hoy he vivido
treinta años,
es decir,
lo suficiente para salir de la burbuja,
agarrar el tiempo del cuello
y continuar con mi existencia.


Any:
Todavía una que otra
cosa se me cruza por
esta mi mal tratada
cabeza, asi es que, aunque
no te lo dedique del todo a vos,
siempre sale que
todo “yo”, soy para vos.-
Nelson Brizuela

Revolución

Nelson Brizuela

A mis hijos


I
Sos tan virgen
que aún no has nacido

II
¿Por qué tan dura
si yo soy uno de tus moldes?

III
Mamitu:
¿Dónde están tus pechos?

IV
¿Por qué te toman por asalto?

V
¿Y esa lágrima
cuando ves a mis hermanos?

VI
Ya te lloré...
¿Cuándo vas a oirme?

VII
¡Mamitu,
si yo no te pido nada!
¡Yo nací por vos!
¡Yo vine por vos
y para vos!
¡Yo soy vos, mamitu!

VIII
¡Nacé!
No quiero quedarme espermatozoide,
No quiero sólo ser un sueño.-

IX
Y El mar
¿Jamás tendra la sal
de tu sonrisa?

X
¿Cuándo podré bañarme
entre tu hierba?

XI
¿Cuándo terminará tu noche?

XII
¿Cuándo nacerán mis hijos?

XIII
¿Cuándo me devolverán
mi infancia?

XIV
Envolvésela a los niños:
se las regalo.-

RÉPROBO

Nelson Brizuela

Angustiado el hombre,
agotado el incesante,
agonizando el buen pensamiento,
quiero refugiarme en ti.-
Las alas me las destrozó el tiempo,
el amor se quedó en palabras,
entonces,
sólo quedó el turno de los triunfales.-
Yo no pertenezco a esa especie:
lloro, rio, blasfemo,
reniego de mi triste
condición de poeta,
y de vez en cuando,
casi siempre,
golpeo o me golpean.-
Todos me pedirán cordura,
todos son sabios,
todos conocen el ser:
¿Quién se interna
en el laberinto de los hombres?
El psicoanálisis
es un simple crucigrama,
Pavlov,
(con todo y que lo quiero)
es una jeringa descartable:
¿Entonces...?
¿Por qué no buscar el rumbo de los Astros?
¿Quién, sino el hombre mismo,
domina
el cosmo y la tierra?
No quiero Absolución:
preparen su guillotina.

Nelson Brizuela
10/II/86

PRESENTACIÓN

Nelson Brizuela

La poesía es el luto arrastrándose
en cada granito de polvo, en mi país.
Es la muerte y su grotesca risotada
parándole los pelos a la gente.
Nada me costaría cantarle a este tiempo
con la "forma" o con la "altura"
que la estética académica exige;
podría decir por ejemplo:
Viejos avatares duelen, cual fibrosis
erguido en estilóbato de estío,
cual Atropos furibunda en desfío
a la reproducción de la meiosis.
El agrio Marte embaraza, cual trombosis
de rencor ennegrecida, el solar mío.
Cual Egipán dacroniano en desvarío
mira diablos al sopor de su psicosis.
¿Podrá mi pobre gente analfabeta
entender de pasada una cuarteta
de las que arriba escribo? ¿O son vacías
frases, adornos arrogantes de poesías?
El poema es del pueblo y su poeta,
todo lo demás son galimatías.
Hoy la poesía es de urgencia en mi país,
de lo contrario todo quedaría
en un papel manchado de ocurrencia "geniales",
para pocos. ¿Cómo voy a decirle a la mujer que quiero:
Contarte quiero, Venus amada, que eres
el céfiro que sopla mi ventana,
poniendo a mi existir cada mañana
el aliento necesario en mis quehaceres.
Sáficos versos canto. Amaneceres
encuentro entre tus manos. Te profana
mi boca trashumante, cuando Diana
me alquila su equipaje. No aceleres
mi muerte en tu mirada, ¡te lo ruego!
ahora te diré "mi amor", sin el juego
estéril de palabras. Como somos,
como hablamos nosotros, así, sin asomos
supérfluos de retórica. Sin el pliego
demandando decir: "amor", en veinte tomos.
¿Valdrá la pena jugar al artesano
y ponerme a escribir para poetas?
¿Valdrá la pena cerrar más todavía la puerta
por donde aparecí en el mundo
con todos mis hermanos del pueblón querido…?

SOLEDAD

Nelson Brizuela

Para colmo de males
tengo un tizón en la garganta,
como quien dice
no me puedo consolar
con aquello de: "quien canta
su mal espanta" y sigo terrible,
interminable,
horriblemente solo,
así es que si se les antoja
fotografiarme con esta camiseta calaceada,
con mi pelo de escobetón viejo
y el plante de cipote desnutrido,
ya tienen una linda estampa de mi país.

COSAS DE FAMILIA

Nelson Brizuela

Según me cuentan,
mi abuelo tocaba la guitarra
y era un buen mecánico
que le gustaba el tequila
y ya picado, le cantaba a su mujer
"la que se fue".
Mi padre es un pacífico Contador
de pisto ajeno,
jamás se ha metido en política
y respeta a sus hermanos
porque aman la Biblia
y los discos de Ray Conniff.
Mi madre lleva una vida trabajando
en cuidar "bichos" ajenos
y en sus adentros cree que soy un genio
y eso no la deja dormir.
A mis hermanas, mis primos y cuñados,
los tiene locos John Travolta
y el basquetbol;
pero yo salí poeta
y algo es algo ¿no?

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Álbum

Alfonso Hernández

Esta es la ciudad a la que tanto amé como si reposara
Interminablemente en el ombligo de tu cuerpo.
Detrás de su pasado la sensación de las paredes
Torturando la infancia.
Los años cambiaron de lugar y con ellos iniciamos un
Modo de vivir junto a los que nos rodeaban. Después
Vino el invierno. La adoración sublime de tu sexo. Tus
Prepucios ilustraron los caseros piedra sobre piedra.
Ciudad que conoció tu orgasmo. Tu pubis impecablemente
Rodeado por mi cuerpo.
Aquellos años esencialmente destinados para amarte
Subsisten todavía.
No obstante seas la prostituta del barrio…


Alfonso Hernández (1948-1988). San Vicente 1948 y cayó abatido el 11 de noviembre de 1988. Poeta social, testimonial, militante y combativo.
Su obra: Poemas, 19744; Cartas a René, 1975; Del hombre al corazón del mundo, 1976; País, memoria de muerte, 1978; León de piedra (Collage), 1981.
Durante muchos años existió un importante premio literario denominado con su nombre.

Homenaje a Nelson Brizuela y Alfonso Hernández



por Mauricio Vallejo Márquez

La Generación Olvidada pronto tendrá otro nombre, uno que la misma historia literaria le de a estos escritores que murieron durante la guerra. Algunos los llaman los poetas guerrilleros, otros los denominan la Generación de guerra. Cualquiera que sea el nombre que quede al final de estos diversos escritores y escritoras que les arrebataron sus vidas en su plena primavera deben de ser recordados como lo que son: un eslabón más en la gran cadena de la literatura salvadoreña.

Como parte del proyecto Rescatando una voz del silencio la Juventud en Pro de las Artes Contemporáneas (JAC), el taller de Literatura de la Universidad Evangélica de El Salvador (TLUEES) y el Foro Permanente de Escritores de El salvador (FOES) le brindarán un merecido homenaje a los poetas: Nelson Brizuela y Alfonso Hernández.

El homenaje consiste en un conversatorio en el que familiares y amigos de los poetas expondrán anécdotas de estos personajes. También se presentará un vídeo de los escritores y se leerá material poético de los homenajeados y de escritores invitados.