sábado, 4 de octubre de 2008

EL RÍO

Hilda Flores

Soñaste con ser una estela
de ojos siempre abiertos.
Guardar muy hondo
la plegaria del tiempo,
el polen de la aurora.
Soñaste con ser amigo de los hombres.
En cambio ellos te dieron
la herida del árbol
rodando en tus riveras,
la tierra desangrada.
Como a cauce de abismos
te penetran las sombras,
el alba ya no vuela a mirarse en tu cielo.
Y yo trémula de nostalgias
me hundo en tu memoria de astros y de siglos

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