lunes, 19 de mayo de 2008

9


Ovidio Villafuerte


Azarosa es la llama que nos quema.

Nos sentimos arder

y a solas vamos,

cultivando de sueños la luminosa flor del naranjero.

Siempre será el afán de un nuevo día

la misma luz del orbe

y el amoroso enjambre,

donde el rubor desnuda su amapola...

Todos se van. Se han ido.

Los ciegos obedecen la obstinada señal de los relojes.



Tomado del libro Ritual de piedra

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