jueves, 22 de mayo de 2008

PASILLO PARA GATOS


Teresa Andrade

Nos encontramos cinco calles abajo
y la cocina dejó de ser el refugio de las ratas.
Nos encontramos para cruzar las calles
y desperdiciar el cigarro a la vuelta de la esquina,
el comedor dejó de ser el lugar perfecto para esconderse
tras los manteles que nunca han de mover.
Nos encontramos para esconder el laberinto de los ojos
y cargar las compras de la semana.
El espejo dejó de robarnos personalidad
y el televisor dejó de ser el centro de atención de los miedos y los quejidos.
Nos sentamos en el parque de la esquina
ha construir murallas al lado de nuestros pies
porque los zapatos viejos estorban en el closet
y dejamos que la ropa se fuera acumulando en el sillón.
Ya para qué seguir con el calvario de los gatos maquillados.
Dejaremos de encontrarnos
y tal vez la próxima semana nos tomemos un café.

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