
(cuando exhalabas mis huesos
con un chorro de sangre y de viento
luego
Alguien me espera,
es por eso mi prisa.
Hay dos brazos que ríen
con mi contacto.
Esperan que yo asome
para cercarme de amor.
Hay dos ojos que quiebran
sus anhelos
en los míos
y cantan mi mejor canción.
Una boca ...
Sí.
Una boca que formula
las mejores caricias
y unas manos que buscan
mi nombre al despertar.
Alguien me espera,
es por eso mi prisa.
Me espera mi pequeña
con sus tres soles de edad.
Yo en cambio lloro por mi alma:
Mi alma es vaporosa cuando bebo solo:
Los escombros de mi alma son traicionados por su dueño
Para los testimonios de esta máquina implacable.
Y eso,
Mientras sobre mis hombros cae ―con infinita lentitud―
La ceniza amarilla de mis antepasados.
No sabemos lo que hemos perdido, oh correligionarios
En esto de la marca de Caín; pero
Tiene que ser la ley o la plegaria, con toda seguridad.
Debería mejor hablar de la niebla en tono undívago,
Hacer un recuerdo leve de las cosas de nuestra vida interior
(por encima
Y muy lejos de los hombres que engullen
Embutidos demasiado grasosos
Y que son tan torpes para el asesinato
O para el primer acto en la noche amorosa).
Ah, mínima, intrusa ciudad que cuelga de mi ventana
Como un ahorcado.