miércoles, 11 de junio de 2008

AMANTES


Carlos Santos

Pero nuestra arrogancia ha escrito sobre lo más
detestable de la noche, palabras para el olvido.
Mientras un piquete de saurios asalta a los amantes y
les vende los días a la fuerza, amenazándolos con sen-
dos papeles escriturarios.
Y los amantes bajo la sombra de una letra de cambio,
escuchan los redobles del calendario cívico.
Es el tiempo de las encaminaciones hacia el hueso.
Los amantes se miran y caminan, comenzando a dudar
de las constelaciones.
Es el tiempo de los dolores en las coyunturas del pre-
sentimiento. Los amantes se quedan dormidos bajo las
asechanzas, y no sueñan la una con el otro.
Así pasan,
lustros, guerras, anales.

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